La viruela aviar es una enfermedad vírica provocada por un virus de la familia Poxviridae. Puede producir lesiones tanto en la piel (viruela cutánea) como en órganos internos (viruela interna). Este virus puede entrar en nuestros aviarios mediante mosquitos o bien a través de contacto directo con algún ejemplar que tenga la enfermedad.
Los primeros síntomas que aparecen son el decaimiento, somnolencia y dificultades respiratorias. Podréis reconocer estas dificultades respiratorias si veis cómo vuestro pájaro infectado respira con el pico abierto de manera agitada. Poco después empezarán a salir lesiones en la piel en forma de nódulos o pequeñas verrugas. Este signo es muy característico y diferencial de la viruela aviar.
Si tenéis alguna sospecha sobre viruela aviar, debes retirar al canario afectado de sus compañeros de jaula lo antes posible, ya que es extremadamente contagioso y podrían morir varios pájaros en un sólo brote. En estos casos es importante que acudáis a algún veterinario especializado.
Esta enfermedad no tiene ningún tratamiento para curarla, pero es autolimitada y podemos aliviar los síntomas de nuestros canarios. La mejor manera de tratar las lesiones cutáneas es limpiarlas con un bastoncillo de oídos mojado en yodo, lo que ayudará a desinfectar y secar la lesión, acelerando su curación y evitando infecciones bacterianas posteriores. Los ojos se lavan con una solución salina al 1-2%. Por último, proporcionarles una dieta variada y de calidad, así como suplementar la dieta de tus canarios con vitamina A, ayudará a la regeneración de la piel y a la mejoría de los canarios. Os recomendamos algunos complejos multivitamínicos muy adecuados para estos casos:
En caso de manifestaciones internas o que el canario vaya a peor, sin duda debéis llevarlo al veterinario de forma urgente.
Cuando la infección remita, el ave mostrará costras en la piel y llagas amarillas en la boca.
Puesto que estamos ante una enfermedad que no es curable como tal, la mejor estrategia que os podemos recomendar el la prevención. Tener rutinas de limpieza establecidas, una comida variada y de calidad, así como contar con jaulas de repuesto, que puedan utilizarse como jaulas de cuarentena u hospital, os evitarán muchos problemas en el futuro.